Antonín Panenka nació el 2 de diciembre de 1948 en Praga, jugó en el Bohemians o Rapid de Viena entre otros, llegando a ser convocado hasta en 59 ocasiones con la selección de su país, Checoslovaquia, perforando la red rival hasta en 17 ocasiones.
Pero si por algo fue conocido este mítico jugador fue por la peculiar forma que tuvo de transformar un penalti.
Antonín Panenka
Eurocopa de 1976, en la final las selección de Checoslovaquia y Alemania Federal empatan a 2 goles tras el pitido final del árbitro. La selección campeona de Europa, por lo tanto, se decidiría en la fatídica tanda de penaltis, y ahí es donde emerge la figura de Antonín Panenka gracias a la cual será recordado por siempre en el mundo del fútbol.
Bajo los palos estaba Sepp Maier, legendario portero del Bayern de Múnich, que también será recordado, pero por haber sido quién encajase el magistral lanzamiento desde los 11 metros del jugador checoslovaco.
Para el que no lo sepa, el lanzamiento a "estilo Panenka" consiste en golpear con la punta de la bota muy suavemente la parte inferior del balón, levantándolo este ligeramente del suelo.
Pocos son los jugadores con el valor suficiente para decidir una tanda de penaltis de este modo, y es que si el portero se queda clavado en el centro de la portería, puedes convertirte en el centro de todas las burlas por parte de la afición rival y lo que es peor, de duras críticas por la tuya propia.
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Pero no todo son fallos, a continuación os muestro algunos de los penaltis al "estilo panenka" mas famosos, que de una u otra manera han sido más significativos en los últimos años en el mundo del fútbol. Abreu, Zidane, Ramos o Pirlo son algunos de los ejemplo más recientes de jugadores que no les ha temblado el pulso a la hora de la verdad.
El "loco" Abreu en los Cuartos de Final del Mundial Sudáfrica 2010
Zinedine Zidane en la final del Mundial Alemania 2006
Sergio Ramos en semifinales de la Eurocopa Ucrania y Polonia 2012
Pirlo en Cuartos de Final de la Eurocopa Ucrania y Polonia 2012
Muchas son las opiniones escuchadas y leídas a cerca de esta peculiar forma de transformar una pena máxima, sobretodo por los entrenadores. Si consigues engañar al portero quedas como un auténtico héroe y eres recordado, sobretodo en función de lo que haya en juego, para siempre. Si por el contrario erras el tiro, te quedará el consuelo de no haber sido ni el primero ni el último en fallar un penalti utilizando el, por siempre recordado, arte de panenka.
Javier Oliván
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