Manolo Jiménez será recordado en Zaragoza por haber conseguido salvar la pasada temporada a un equipo que estaba al borde de la miseria. Por ese final de temporada mágico donde consiguió sacar puntos que todavía alguno no se explica cómo ni de que manera lo consiguió y por haber evitado algo que cualquier zaragocista, más tarde o más temprano, vio pasar por su cabeza: el descenso de categoría. A sus numerosos méritos, junto con alguna que otra metedura de pata, Manolo Jiménez debe añadir uno nuevo. El técnico del Arahal puede presumir de haber dotado a este equipo de un estilo. En comparación con otros, podrá ser mejor, peor, gustará más, menos, se podra estar en mayor o menor desacuerdo, pero afortunadamente el Real Zaragoza recupera algo que había perdido en los últimos años. Por fín el público de La Romareda sabe a que va a jugar su equipo cada domingo. Podrá salir bien o mal, podrán llegar o no los resultados, pero el equipo aragonés vuelve a tener definido un patrón de juego.
12 jornadas ha necesitado el entrenador zaragocista para escoger once futbolistas que sean los encargados de sacar esto adelante:
La portería no ofrece lugar a ningún tipo de duda. El guardameta Roberto Jiménez fue uno de los artifices de la salvación la temporada pasada. Realizó paradas providenciales que le hiceron ganarse al soberano público de La Romareda e incluso sacó su nombre a la palestra en el mercado veraniego para reforzar la portería de varios clubes importantes de nuestro país. Ejercer la capitanía, en ausencia de Paredes, se ha convertido en un estímulo para el espigado guardameta.
Tres de los fichajes que ha realizado el equipo aragonés este verano ocupan la zona defensiva, junto con el catalán Abraham. Sapunaru, que llegó con la persiana a medio bajar, se ha ganado desde su debut en Anoeta el cartel de indiscutible en el lateral derecho, haciendo olvidar a aquel lateral mexicano de cuyo nombre no quiero acordarme.
La pareja de centrales es completamente nueva. Una vez superados los problemas físicos que arrastraba, Loovens se ha colado junto al cántabro Álvaro en el eje de la zaga, en deprimento de Paredes, para alivio de los aficionados zaragocistas.
Abraham Minero ya terminó la pasada campaña en el lateral izquierdo y esta temporada se ha convertido en un fijo para Jiménez. La gran capacidad para sumarse al ataque y su provechosa pierna izquierda son dos de los puntos fuertes del joven futbolista.Por delante de ellos, una línea de tres jugadores con gran presencia ofensiva. En el centro se encuentra la revelación de la temporada. El joven Víctor Rodríguez se ha ganado a pulso un puesto en el once titular. Su gol en Los Carmenes y todas las asistencias que ha dado en lo que llevamos de temporada, le abalan como uno de los jugadores más en forma en estos momentos. En el costado izquierdo aparece Montañes. Por detrás de Roberto, es el jugador con más minutos sobre el campo (1044). Es una amenaza constante para los rivales por la banda izquierda y en las dos últimas jornadas se ha estrenado en la faceta goleadora (marcó al Deportivo y Barça).
La parte derecha del ataque es la que más quebraderos de cabeza le trae al técnico. Zuculini, Víctor Rodríguez o Edu Oriol han sido los encargados de ocupar el costado derecho del ataque aragonés. Ninguno de ellos se ha ganado plenamente la confianza de Jiménez, aunque el Italo-argentino parece ser el futbolista que más agrada al entrenador.
La punta de ataque genera las
mismas dudas que la portería, ninguna. Helder Postiga está viviendo en
Zaragoza su mejor época como futbolista. El delantero es el máximo
goleador del equipo aragonés con 6 dianas, además del gran momento de
forma que atraviesa también con su selección.
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