La buena imagen ofrecida por el Real Zaragoza en la noche de
ayer en el Camp Nou no bastó para sacar algo positivo del feudo azulgrana.
Llegaba el equipo aragonés a Barcelona después de golear al Deportivo el fin de
semana pasado y con la moral por las nubes tras las buenas actuaciones
ofrecidas en partidos anteriores.
Con las bajas de los dos laterales titulares, Sapunaru por la
derecha y Abraham por la izquierda, Manolo Jiménez tuvo que recomponer una
retaguardia formada por Goni en la derecha, Álvaro y Pinter como centrales, y
el capitán Javier Paredes en la izquierda. De esta manera, tan solo el central
cántabro repetía en el once respecto a la jornada anterior. En la medular
Apoño, que apenas apareció en el partido, y un trabajador Movilla trataron de
frenar el vendaval culé. Una semana más, el joven Víctor Rodríguez en la mediapunta
y Montañes por la banda izquierda, fueron de lo mejor en el apartado ofensivo.
Zuculini en el costado derecho y un peleón Aranda en la punta de ataque, además
de Roberto en la puerta, completaron el once con el que saltó el conjunto
aragonés al Camp Nou.
Como era de esperar, la posesión iba a ser para el Barcelona.
Xavi, Iniesta, Villa, Messi, Pedro o Jordi Alba, realizaban esos particulares
rondos con los que han asombrado al mundo entero estos años atrás. En una de
estas llegaría el primer aviso culé cuando tan solo se llevaba jugado un minuto
de juego. Jordi Alba llega como una flecha por el costado izquierdo y servía un
balón a Messi que de primeras manda rozando el palo del portal
zaragocista. De manera similar, y con
los mismos protagonistas, llegaría el primer gol del partido. De nuevo Jordi
Alba asiste a Leo Messi que con un control orientado se marcha de Álvaro y se
planta solo delante de Roberto, batiendo al guardameta por bajo a los quince
minutos de partido. La respuesta maña no tardaría en llegar. En el minuto 22,
Víctor Rodríguez vota un saque de esquina desde la derecha, que Martín Montoya
no despeja con acierto, y aprovecha Montañes con la involuntaria ayuda de
Puyol, en quien golpea el balón, para llevar las tablas al marcador. Pero muy poco
iba a durar la alegría a los hombres de Manolo Jiménez. Cuando todavía no se
llegaba a la media hora de partido, emergió la figura del mejor jugador del
mundo. Leo Messi se deshace con aparente facilidad de Apoño, Víctor Rodríguez y
en último lugar Aranda, para ganar la línea de fondo y servir un pase atrás a
Song que no fallaba y volvía a poner por delante a su equipo. El Zaragoza no se
echó atrás y dispuso de una ocasión de Víctor y otra de Zuculini para meter el
miedo en el cuerpo a los hombres de Tito Vilanova.
La actuación de Leo Messi volvió a resultar decisiva en el partido
Tras el paso por vestuarios, con quince minutos disputados
del segundo tiempo, el Barcelona iba a sentenciar el partido. Montoya con una
buena internada por la banda derecha servía el balón para Messi que, con una
clase impecable, ponía el balón en la cepa del poste, imposible para Roberto.
3-1, y media hora por delante que sirvió para más bien poco. Únicamente, para
que Andrés Iniesta hiciese temblar la portería de Roberto con un sensacional
disparo desde fuera del área que se estrelló en el larguero.
El Real Zaragoza piensa ya en la próxima jornada. El lunes a
partir de las 21:00 horas recibirá en La Romareda al Celta de Vigo con el
objetivo de sumar una nueva victoria que le permita seguir en la zona templada
de la clasificación.
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